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lunes, 27 de noviembre de 2023
sábado, 25 de noviembre de 2023
Benedetti "La gente que me gusta"
«La gente que me gusta»
Me gusta la gente que vibra, que no hay que empujarla, que no hay que decirle que haga las cosas, sino que sabe lo que hay que hacer y que lo hace. La gente que cultiva sus sueños hasta que esos sueños se apoderan de su propia realidad. Me gusta la gente con capacidad para asumir las consecuencias de sus acciones, la gente que arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien se permite huir de los consejos sensatos dejando las soluciones en manos de nuestro padre Dios.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia. A estos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor.
La gente que nunca deja de ser aniñada. Me gusta la gente que con su energía, contagia.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
La gente que lucha contra adversidades. Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.
Me gusta la gente que tiene personalidad. Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido
domingo, 12 de noviembre de 2023
Una mirada a la adolescencia
Adolescencia una etapa de transición donde el niño, de acuerdo con Freud, vive una “Metamorfosis de la pubertad” período donde se desarrollan los organos genitales, aparecen los signos distintivos entre el cuerpo del hombre y de la mujer, acompañado por significativos cambios emocionales. Este periodo manifiesta el advenimiento del cuerpo maduro, sexuado, capaz de procrear, es central este aspecto porque es el momento en el que el sujeto se encuentra ante la posibilidad efectiva de realizar el acto sexual y de ser padre.
El termino adolescencia refiere al periodo de transición entre la dependencia infantil y la emancipación del joven adulto.
El adolescente no le es facil expresar su sufrimiento en este proceso. No puede hablar de su malestar, no por evitar la comunicación, sino porque no sabe muy bien lo que siente, pero que le resulta angustioso. Es por este motivo que esta mas propenso a actuar, que a comunicar, el malestar se traduce por medio de los actos. En este sentido es importante que el adolescente cuente con una familia dispuesta a soportar su malestar, y que sea capaz de comunicarse sanamente usando las palabras para traducir algo de su mal - estar.
Juan David Nasio explica 3 formas en que se manifiesta el sufrimiento adolescente:
1) Neurosis de crecimiento (Sufrimiento moderado) donde manifiestan una incoherencia interna que da lugar a comportamientos igualmente incoherentes frente a los padres de los cuales depende, sentimientos de amor – odio en constante lucha por imponerse.
2) Actuando comportamientos peligrosos. (Sufrimiento intenso) Cuando faltan las palabras. Son la puesta en acto del sufrimiento inconciente como las depresiones, aislamiento, anorexia, bulimia, ausentismo escolar, vandalismo, violencia contra sí mismo o para terceros, pornografía invasiva, ciber-dependencia, intentos de suicidio o suicidio.
3) Manifestando perturbaciones mentales. (Sufrimiento extremo) Quiebre de la estructura psíquica, esquizofrenia, paranoias, fobias, obsesiones compulsivas, perversiones, desordenes alimentarios crónicos.
Los padres suelen notar a los hijos como insolentes, contestatarios y desafiantes, son características comunes de la adolescencia, hasta pueden ser consideradas saludables.
El adolescente que responde, es aquel que ya no obedece de manera absoluta al discurso de los padres, sino que esta construyendo su propio discurso, no obedece sino que pronuncia su palabra y demanda que se le dé lugar, introduce un nuevo discurso que conmueve el discurso parental. Demandar es ser reconocido como legítimo, como es un discurso incipiente, suele ser contradictorio, pero precisamente la contradicción el elemento característico de la adolescencia. Los padres pueden proceder como si hablaran con alguien que no les cree, o que no les entiende, pero para los adolescentes el discurso del padre aún conserva algo de aquel padre omnipotente de la infancia que regula la realidad, primero cree en lo que se le dice, luego lo cuestiona.
El límite, naturalmente provoca un conflicto, pero los límites son el marco de contención fundamental para todo sujeto. Esta claro que no se debe esperar a la adolescencia para poner limites, sino que desde la primera infancia es que estamos sujetos a “lo que se puede y lo que no se puede”.
El individuo pone a prueba todo su potencial, necesita saber “hasta donde puede llegar”, es necesario que encuentre un límite a esa potencia, un limite que sea firme, pero no por eso autoritario o vengativo. Cuando no se encuentra ese marco de contención que trazan los límites, el sujeto no se siente libre, sino que se torna ansioso, tiene que ver con la tolerancia a la espera, quien aprende a esperar se libra de los riesgos de la conducta inmediata.
Existe un único remedio para la adolescencia, señala Winnicott, y es el paso del tiempo, implica el crecimiento con los procesos graduales de maduración, y eso exige tiempo. El individuo sano es quien atraviesa el momento de su desarrollo madurativo acorde a lo que se espera de su edad, implica la capacidad del individuo de poder encontrar su estilo personal de vivir en interacción con el ambiente.
Referencia: Psic. M. Aragones
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