martes, 21 de enero de 2014

REsonar


Algunos estudiosos plantean que somos un entramado resonante, responde al sonido.  Porque la música es una herramienta cuántica que atraviesa las dimensiones pudiendo transportar energía – atributos- de un espacio dimensional a otro. Es por eso que todas las culturas, intuitivamente, han usado la música para comunicar con la divinidad, porque nos conecta con la dimensión espiritual.
Desde la porción más pequeña parte de nuestro Ser somos sonido. Nuestros átomos, nuestras moléculas y células vibran. Nuestra biología entera vibra. Esta vibración es lo que llamo Frecuencia Fundamental Individual. A través de ella comunicamos con el Universo, emitiendo y recibiendo frecuencias. Es nuestra firma armónica en el Universo, por ella somos conocidos e identificados. Esta frecuencia ES el Campo Cuántico del ADN
Algunas frecuencias tienen el poder de interactuar con el campo cuántico para abrir las puertas del ADN y liberar su información. He traducido esas frecuencias en melodías simples, pero profundas, cuyo objetivo es activar las instrucciones multidimensionales del ADN. Si los 12 niveles multidimensionales del ADN son puertas, los nombres divinos hebreos son las cerraduras y las frecuencias, son las llaves que las abren y permiten liberar los potenciales infinitos con los que la biología fue creada.

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